domingo, 2 de enero de 2011

QUÉ HACEMOS EN NUESTRAS LOGIAS

QUÉ HACEMOS EN NUESTRAS LOGIAS


-Me compré tu libro para conocer qué hacen en sus logias, me dijo una señora el fin de semana pasado, mientras tomaba un café en una cafetería de Asunción. Ante su interrogante le respondí: -Simplemente buscamos ser mejores personas. No quedó totalmente convencida.
El hecho que los masones nos encerremos para realizar nuestras reuniones tiene el mismo propósito que la reunión de cualquier organización civil, guardar y preservar la intimidad o asuntos particulares lejos de aquellos que no forman parte de la asociación.Pero, de inmediato surge la pregunta: Si buscan ser mejores personas, ¿por qué no dan la posibilidad a todos? La respuesta es simple. La masonería es una institución iniciática, es decir que no basta la voluntad del interesado, sino debe sumarse el interés de los miembros en escoger a esa persona. ¿Cuál sería la escala para decir sí o no?
La Masonería es una organización esencialmente formativa de un mejor ser humano. Para el logro de esta empresa se necesario que el o la interesada posea un nivel mínimo de educación que le permita la comprensión y desarrollo del pensamiento abstracto. Esta cualidad es imprescindible pues toda la doctrina masónica se expresa por medio del estudio simbólico.
El estudio de los símbolos y los rituales no son meramente formales, o una repetición mecánica, una especie de rutina o mera costumbre. Por el contrario, cada nueva reunión produce un efecto en el interior del ser humano que lo transforma, permitiéndole el crecimiento interior. Así, el rito y el símbolo son la representación de ideas que se esconden detrás de símbolos con apariencia formal.
Los rituales de cada grado deben ser estudiados en tres niveles. Primero: un estudio literario, directo, del texto con su significado corriente, lo que podríamos definir como el sentido exotérico del ritual. Segundo: Por medio del significado simbólico de los términos que figuran. Tercero: una lectura esotérica para consolidar su mensaje en la mente de cada iniciado y llevar a la práctica diaria.
El simbolismo masónico no es solamente de carácter teórico y especulativo sino también práctico y operativo. El símbolo actúa en el interior cada uno pero sólo en la medida de lograr su compresión. Tiene el poder de actuar en la vida cotidiana con profunda acción transformadora.
El trabajo especulativo que tiene el iniciado gira en torno al estudio, comprensión y explicación de los símbolos que se mencionan en el ritual, a modo de pasar al estadio operativo con la incorporación del símbolo a la vida cotidiana. Cuando logren percibir la realidad sin la venda de la ignorancia, superstición, fanatismo y ambición, es cuando la luz masónica ha llegado.
La misión principal es enseñar la ley de evolución y progreso. No es posible hallar una verdadera interpretación de la Masonería sino se relaciona su sistema, estrechamente con el proceso evolutivo de la humanidad.
Todo en ella gira en torno de un progreso gradual de la oscuridad a la luz y todo lo que la luz trae aparejado. Sus ceremonias se caracterizan por viajes circulares, indicando ciclos evolutivos de oriente a occidente y de occidente a oriente, o sea de la oscuridad a la luz. Para cada grado simbólico tiene pasos progresivos hacia el oriente de la luz.
La Masonería muestra, simbólicamente, el drama de la evolución humana. Muestra el objetivo de realización del individuo; enseña el camino del crecimiento espiritual y las leyes a que obedece este crecimiento. Empero tenemos que recorrerlo palmo a palmo; el progreso depende de nosotros.
Este es un camino de experiencias que nadie puede vivir por nosotros. No tiene atajos, requiere el roce de la vida que ningún libro o maestro puede otorgarnos. A diferencia de todos los otros seres en el mundo material, el hombre es el único que tiene la capacidad para tomar su evolución en sus propias manos. De ahí su posibilidad de autorrealización. El puede acelerarla o retardarla. Pero sea cual fuere su duración, tiene que pasar, indefectiblemente, por las tres etapas del proceso natural de la síntesis que caracteriza el proceso evolutivo:
1) la siembra de la semilla
2) su germinación y crecimiento
3) su fructificación como resultado de la fusión o unión de dos polaridades.
Los límites fijan los principios básicos de estos tres grados evolutivos. Tratándose de una evolución en conciencia, este proceso va encaminado a la adquisición del elemento más valioso y más importante para el hombre y para la masonería: ¡La Luz! (conocimiento) Aquello que se conoce como la luz de la conciencia, o del conocimiento, una síntesis emergente de las experiencias vividas.
Tratándose de cualquier tipo de evolución, es indispensable la existencia de grados sucesivos de realización. Efectivamente, en lo que concierne al desarrollo de la luz de la conciencia en los seres humanos, éste consiste en tres etapas, comprendidos en el sistema masónico por sus tres grados simbólicos.
La masonería nos ofrece ayuda y guía para que nos volvamos cada día más conscientes de que nada puede detener el impulso que motiva el progreso humano en su peregrinaje de la oscuridad a la luz, de la irrealidad a la realidad, y de lo perecedero a lo imperecedero.
Para entender qué hacemos en nuestras logias no basta leer los títulos que se publican sobre nuestras actividades, es insoslayable vivirlo. Si lo anterior no es preferido, tengan presente que nada de lo que hacemos es vano o fortuito. Si así les parece, si los creen sin fundamento, es sólo porque la superficialidad de sus costumbres aún impide la visión.

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